En este nuevo artículo voy a tratar el tema de las enfermedades cardiovasculares, la causa de mortalidad más grande en el mundo occidental.
Estas enfermedades están en gran parte causadas por una dieta desequilibrada, la ausencia de ejercicio físico, estrés excesivo y tabaco.
Los males de nuestro corazón llegan por las enfermedades cardiovasculares, que son un grupo de trastornos del ya nombrado corazón y de los vasos sanguíneos.
Incluyen las alteraciones del propio músculo cardíaco, de las válvulas, de los casos que llevan sangre al corazón y al cerebro, y también la hipertensión.
Los infartos y los accidentes cerebrovasculares son los trastornos más graves. Están provocados por un atasco circulatorio que priva de sangre al corazón o al cerebro. El motivo de este bloqueo suele ser el estrechamiento de las arterias y venas por acumulación de grasa en sus paredes. Los accidentes cerebrovasculares también pueden deberse a un derrame de sangre.
La cirugía y la farmacología han dado pasos de gigante en el tratamiento de dichas enfermedades. (De todas formas siguen siendo la mayor causa de mortalidad del mundo occidental).
Las válvulas cardíacas, que controlan el flujo de sangre a través del corazón, pueden estropearse. En tal caso, se las reemplaza por otras de plástico, de metal o incluso de animales (habitualmente el cerdo).
Las arterias bloqueadas se tratan con la técnica del bypass: se hace un puente sobre la zona de vaso dañada, injertando antes y después del bloqueo los extremos de un fragmento de arteria sana.
Si la arteria se estrecha puede aplicarse una técnica, la angioplastia, que consiste en introducir un diminuto balón con un catéter e inflarlo en el lugar donde se haya producido el estrechamiento, facilitando de esta manera el paso de sangre.
Entre los medicamentos caben destacar los llamados betabloquenates, sustancias que reducen el trabajo continuo del corazón y sirven para tratar la hipertensión, estabilizar el latido cardíaco y evitar las anginas de pecho.