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Los terremotos están muy relacionados con la estructura interna de nuestro planeta, la Tierra tiene un núcleo central que se encuentra en estado líquido en parte y una espesa zona de materiales semifundidos el manto. Alrededor hay una capa sólida, la corteza terrestre, no es una placa uniforme si no que está unida por una serie de placas rocosas, existen seis grandes placas tectónicas
-América
-África
-Eurasia
-India
-Pacífico
-Antártida
Las mantas flotan sobre el manto basáltico y se mueven, a este fenómeno se le llama deriva continental. Alfred Wegener afirmaba a principios de siglo que todos los continentes habían estado unidos en la Era Primaria formando un único continente llamado Pangea, esté se habría ido fragmentado formando los actuales continentes.
Hay puntos del planeta en los que lenta pero continuamente se esta formando corteza terrestre, unas enormes cordilleras de volcanes cruzan el fondo de los grande océanos , son las dorsales oceánicas, estas gigantescas cordilleras submarinas están formadas por enormes volcanes con forma de fisura, a lo largo de esta fisura, de muchos miles de kilómetros de longitud esta continuamente aflorando material procedente del manto que si distribuye en dos bandas longitudinales y van formando nueva corteza.
La corteza a su vez se destruye progresivamente en las zonas llamadas de subducción, donde unas placas se hunden debajo de otras y pasan a fundirse con el manto las zonas de unión de las placas tienen que soportar descomunales presiones y por eso tienen un gran inestabilidad sísmica y volcánica.
La dorsales submarinas son una de las zonas más inestables, excepcionalmente estos volcanes submarinos pueden subir por encima de la superficie del océano formando islas de gran actividad volcánica, como es el caso de Islandia.
También son inestables las zonas donde una placa cabalga sobre otra, así como en los lugares donde las placas se rozan lateralmente. Este es el caso de la falla de San Andrés que se reconoce bien sobre el terreno por las discontinuidades que presenta el suelo, se extiende en línea recta paralela a la costa del pacifico durante casi mil kilómetros (desde San Francisco a Los Ángeles). Los frecuentes movimientos sísmicos de esta zona han producido unos desplazamientos laterales de hasta cuatro metros.